21 nov 2010

Centré mi vida en huir de tu recuerdo.

Durante una temporada centré mi vida en huir de tu recuerdo. Escapé de nuestra ciudad, dejé a nuestros amigos. Intenté alejar de mi todo lo que alguna vez compartimos. Bien es verdad que habíamos acabado siendo poco más que unos extraños pero, aun así, no estaba preparada para un final tan definitivo, para un adiós tan arrollador. Cuando me golpeó tu ausencia en la cara ni siquiera fui capaz de llorar. Pasaron meses hasta que una sola lágrima consiguió rodar por mis mejillas, y es que me habías dejado anestesiada, dormida; el mundo para mi había dejado de girar y solo me quedaba esperar, desesperada, a que las manecillas siguieran su curso. Sabía que solo así podría borrar de mi cuerpo el dolor que habían dejado tus ausencias.
Intenté recomponer los fragmentos deshechos de una vida que sabía que era prestada y hacerlos algo más confortables, menos fríos. Finalmente, me quedé en París. Me conoces y sabes que no soy de esas que fantasean con Torres Eiffeles iluminadas y croisants llenos de amor pero supongo, -y solo supongo-, que fue ese aire desgastado de la ciudad lo que me ancló a calles que habían vivido mucho, muchísimo más que yo. Conseguí un pequeño ático en el centro y me matriculé en Bellas Artes ya que necesitaba un permiso de estudiante para permanecer en el país. Fue un ejercicio para una de las asignaturas lo que me llevó precisamente a recorrer aquel enorme cementerio del Montmatre, el barrio bohemio por excelencia. Sonreí, melancólica, pensando que me adentraba en el reino de la Muerte, como hiciste tú antes que yo. Y es que, hermano, siempre fuiste el primero de los dos.
Comencé a llenar la hoja en blanco de trazos que simulaban sombras sin ser capaz de ponerle demasiado empeño. Entonces me fijé en un pequeño rosal que crecía justo en medio de uno de aquellos pasillos entre panteones. El tallo se retorcía, aferrándose a una roca descolocada y un par de capullos tiernos parecían querer transmitir algo de color a aquellos dominios tan grises que sabían a lluvia y a tormentas olvidadas. No se si fue el color rosa, o simplemente el hecho de que esa pequeña flor intentara tomar un lugar tal baldío, donde la vida estaba casi prohibida. 
Entonces, por un instante, pude verte. 
Ahí, a mi lado.
Tu ropa de artista del rock, tu pelo teñido siempre de ese color tan chillón. Tus ganas de que te miraran, de influir en las personas, de enternecerlos hasta el llano o compartir un poco de esa euforia que te recorría en el clímax de cada canción. Nos vi de pequeños compartiendo lápices de colores, nos vi de adolescentes contándonos toda clase de secretos, protegiéndonos. Nos vi en tu primer concierto. Nos vi siendo desgraciados, nos vi siendo felices, nos vi siendo lo que siempre habíamos querido ser. Vi también como nos distanciamos y me tembló el corazón. Se me escapó un suspiro. sentí tu aliento en mi nuca y tu mano en mi hombro. 
Estabas conmigo.
Pero, de golpe, apareció uno de esos barrenderos, miró el pequeño rosal y decidió que no estaba en su sitio. Lo arrancó de un tirón, sin pre aviso, sin disculparse. Sin ningún cuidado lo metió en la bolsa de basura que cargaba y continuó su trabajo.
La realidad me golpeó tan fuerte que casi me caigo de espaldas. Y es que nada había cambiado; seguía en París, viviendo una vida prestada. Y tú, hermanito, te habías suicidado hacía más de seis meses. No ibas a volver. Nada volvería a ser igual.
Nunca.


20 comentarios:

  1. me ha puesto la piel de gallina... está genial! :3

    ResponderEliminar
  2. Es como una muñeca rusa de causalidades, sucediéndose entre ellas :)
    Y cuando parece que el último determinante atrapa al resto, se quiebran en mil pedazos. Me encanta el detalle del rosal. Precioso :)

    ResponderEliminar
  3. fuerte, como a veces la vida. El detalle del rosal es impresionante.

    ResponderEliminar
  4. mnmmm...vaya historia genial, pero a veces la vida da ese tipo de reveses...
    muah!

    ResponderEliminar
  5. Impresionante.
    Pero creo que en esta entrada falta un hide, ¿no crees?


    Me da que no hace falta decir quién soy ;)

    ResponderEliminar
  6. Es impresionante tu entrada y tu blog...
    qué decir!
    pasate si te apetece,un besito enorme

    ResponderEliminar
  7. no centres tu vida en una sola cosa..
    puede ser el error mas grande de tu vida..

    ResponderEliminar
  8. mmm...te recomiendo que vayas avisando a Rulo de tus pretensiones con el!:)
    jajajajajaj

    ResponderEliminar
  9. Que bien escrito... !!!

    El pasado nunca, nunca es igual al presente (no hay circularidad ni repeticion, solo diferencia)

    mi beso

    ResponderEliminar
  10. Que buena entradaaa!!! me encantó la foto!
    Un beso grande!

    ResponderEliminar
  11. Me quede sin palabras, y para serte sincera estoy a punto de llorar!!

    ResponderEliminar
  12. Echo de menos tus párrafos, tonta...

    ResponderEliminar
  13. A mi tu relato también me ha golpeado fuerte. Sin palabras...

    Muac :)

    ResponderEliminar
  14. dios, genial.
    sin palabras me he qedado.

    qe bonito, qe bien escrito :)

    muá*

    ResponderEliminar
  15. Que entrador!
    No es fácil jugar con las mentes, pero vos haces magia con las palabras.

    Saluditos.

    ResponderEliminar
  16. Es precioso, sobre todo la sensación final, me da pena el rosal :(
    Sigue escribiendo así ^^

    Eryel

    ResponderEliminar
  17. http://www.youtube.com/watch?v=WOkyyADNJGs&NR=1&feature=fvwp

    ResponderEliminar
  18. Es increíble lo que has conseguido con palabras. He estado a punto de llorar, se me han puesto los pelos de punta... Me has dejado sin palabras pero no podía de escribirte que es una entrada impresionante...

    ResponderEliminar

Grita un poquitín más alto...

Nubes


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com